Mil arco-iris

Esa conejita colgó un cristal
en el marco de mi ventana
para transformar mis mañanas
en mil arco-iris que flotan.

Sus suspiros son pausas
en el correr de los días que van rápido
sus sonrisas son el desequilibrio
en lo aburrido del calendario de la ciudad.

Sus preguntas no conducen
a pasadizos de algodón
ni a finales glamorosos,
ella siempre va en busca de más amor.

Esa conejita no te muerde más allá
de lo que sus dientes la dejan
pero besa tan tierno que derrite
hasta los témpanos del dolor.

Los colores se han hecho costumbre
y compartir su almohada un encanto
del que no quiero salir
aunque ahora sea temprano en la mañana.

Cu-cú cu-cú

No voy a preocuparme
por tu ataque de caspa diario
prefiero dejar eso para los lobos
yo soy una hormiga
que no trabaja y sí descansa.

No voy a ensimismarme
si tus contratos no pueden romperse
pues ya firmaste varias veces
y yo ya olvidé eso
de ir regalando ganchos.

No voy a bastardearte
si tu camino es distinto al mío
aunque me desanima no encontrar
el brillo de tu ser
saliendo por el hueco de tus ojos.

No voy a dejar que tu prisa
acelere mi calma
ni que mi alma pierda su olor
entre las nubes de vapor
que cagan tus chimeneas.

No voy a perder mi esencia
bajo la angustia desierta
de los que caminan amontonados
y han olvidado que existe el cielo,
yo prefiero ser un loco.

No pienses en que pensar

Está latente ese insecto
que angustia tus días de celofán
tu carrera en este video juego
comienza a trabarse
porque son muchos los palos
que atraviesan las ruedas.

Se endurece tu mente
se secan tus estrellas
la sed agobia tus encantos
los pulmones te piden
más humo y menos aire
para la pantalla pasar.

No tiene sentido saltear
los niveles sin jugar
ni pausar en la memoria
los trucos aprendidos
en los mares, en los ríos
en la luna y el delirio.

Pero son tantos los que corren
que la carrera se puede tornar
aburrida como pedazos de sueños
que no tienen vida
que son invisibles en los recuerdos
del cuadrado planeta en que vivimos.


Día 12 de octubre

Miles donan sus cuerpos
a esas energías que divagan
por las cumbres de las montañas
entre árboles y ríos
entre plumas, cactus y danzas.

Esos cuerpos estorban el tránsito
de la 9 de julio asfaltada
con sus wiphalas, sus sikus,
sus bombos y flautas al viento
deteniendo la masacre en el tiempo.

Las voces queman el aire
lo endurecen, lo cristalizan
lo cicatrizan y embellecen
dándole algo de reflexión
al rumor banal de la evolución.

Sólo cenizas quedan
de aquellos huesos que crujieron
y que hoy brillan más que el neón
de los agobiantes carteles
de esta bicentenaria ciudad.

Pero no olvides nunca
que de las cenizas renacen los cuentos
y de los cuentos, el amor
las canciones, los versos
que cuelgan en lo eterno del universo.

En este día 12 de octubre
miles respiran por millones
regalándole color al cemento
destruyéndolo con su sentimiento
y devorándolo como a un caramelo.

Del velador sin luz

-Parece un sueño-dice,
se pellizca el costado
ella no dice nada pero ríe
con los ojos entrecerrados,
él deja de hablar,
los corazones cantan.

El aire se hace espeso
la materia realmente no importa
sí los besos
sí las caricias
sí el abrazo
y el calor del amor.

Unos dedos escalan
los brazos como cordilleras
pasan por el cuello
por la nuca
saltan hasta la pera
y se esfuman en la coronilla.

Ella se ríe
ese momento lo es todo
no hay más allá
que su sonrisa,
el aire circula entre bocas
la realidad se distorsiona.

Cierran sus ojos de lleno
el fuego abunda
el resto no existe
los pensamientos no existen
la energía no tiene forma
es simplemente absoluta.

Los quiero de un te quiero

Quiero que destruyas mi mundo
quiero besarte y destruir el tuyo
quiero que me abraces y construyas
un espacio nuevo para estar juntos.

Te odio un poco pero soy feliz
aunque los años sean una caricia
que nos arruga y estremece
alrededor del cristal que se quiebra.

Quiero sumar y restar en tu cuello
quiero que sonrías y me des luz
quiero que llores y ser el sol
que seque la tristeza pasada.

Te odio un poco pero sigo feliz
aunque tus uñas estén despintadas
y los vientos nos corten la cara
en la mañana que no te quedaste.

Quiero dormir y soñar con tu pelo
quiero que digas que si aunque sea no
quiero quemarte, hacerte arder
y que me mires así para siempre.

Viernes con sed

Eso no me interesa
pasame el Campari
pasame las naranjas
dame ya los hielos.

Dejame, mejor lo bato yo
lo revuelvo con los dedos
¿ves cómo sube lo oscuro?
¿sentís como baja por tu estómago?

Eso no me interesa
mejor saco otro pucho
lo enciendo con fósforos
y le pego una buena seca.

Eso me parece basura
prefiero sentarme y esperar
y saborear y tragar
y volver a pitar y escupir.

Aunque no me interesa
porque hoy es viernes
porque así lo llamaron a este día
porque así le dicen en la oficina.

Eso me parece basura
prefiero servirme otro vaso
y encender otro cigarro
y matar así el calendario.

Aunque eso no me interesa
porque aun existen las estrellas
y los tragos y las flores y las aves
y ese pedazo de luna amarilla.

Ingenuo sordomasoquista

Confunden tus pensamientos
no puedo leerlos
están encriptados con fobias
de la veloz idiotez del siglo XXI.

No quiero entrar en tu confusión
pero tu sonrisa me hipnotiza
agarra mi corazón, lo abolla
y lo pasea de un lado a otro.

Esta vez, la caja tiene razón
también la tiene cuando siente
que sigue en el lugar equivocado
sólo porque la confusión la divierte.

Entonces la paz puede ser aburrida
y ser fugaz lo divertido,
puede ser hermoso y latir fuerte
en un paseo absurdo.

Confunden tus palabras
pienso en volverme sordo
y darle alas sólo a mis ojos
que esperan entenderlo todo.

La nena que se aburrió del dinero

Te afeitaste a diario
los últimos 58 años de tu vida
y estamos pisando la misma
blanca arena caribeña.

Vas con tus Tommy de goma
yo voy descalzo y a barba
te sonrío mientras vos repudias
mis despeinados 26 y mis dientes sin lavar.

Entonces comienzo a reír
ante tu lamento y ese
ataque de caspa cotidiana
que mancha tu izquierda muñeca dorada.

Tu bolsillo parece querer vomitar
ante lo famélico que se ve el mío
pero por dentro florece la envidia de
mi panza flaca que duele de tentarse.

Te afeitaste a diario
los últimos 58 años de tu vida
tu frente deberías dejar de arrugar
dejar de lado la sombrilla y nadar.

Quedate tranquilo hermano
no soy quien te va a robar
es que tu nena me mira con un ojo
y pobre de vos si no empezás a disfrutar.

Una carpa en Margarita

No había visto la luna
ni de noche ni de día
y eran pocas las palabras
que la brisa le silbara al mar.

No había visto la espuma
ni las horas del tiempo pasar
y estaban acorraladas las hojas
que la lluvia había volteado.

No quería salir de la carpa
aunque de a ratos extrañara la casa
el comedor, la cocina
y hasta el hediondo inodoro blanco.

No había sentido las olas
romper sobre las gaviotas
que se suicidaran jugando
al mojar sus pelos de miel.

No había partido en ojotas
que con el calor se hicieron moldes
hasta que la madrugada
y el gallo cantara para despertar.

No quería salir de la carpa
ni de noche, ni de día
era más sano retomar el sueño
que lo atrapara en el viajar.

La espera

Hacer tiempo es triste
esperar que la aguja corra,
sirve sólo para ver
este ahora que se escurre.

Y el vuelo sale en cinco horas,
hacer tiempo da pena,
porque junto con las agujas ruedan
los teléfonos y los sobres de azúcar.

Corren los zapatos negros
los peinados modernos
las miradas desoladas y perdidas
y las maletas cargadas de mentiras.

Hacer tiempo es una agonía,
es fingir interés  por algo incierto
porque es una ilusión barata
este ahora que se escurre.

Falta un poco menos
pero igual desesperás,
hay un cuaderno y un lapiz
y un gramo de imaginación.

El aeropuerto comienza a temblar,
las luces tartamudean al mismo compás
los micrófonos enloquecen con No Doubt
y algo se detiene allí para siempre.

Buscando tapar el hueco

Puedo ser un perro fiel,
puedo estallar en gritos absurdos
por los partidos de fútbol
y hasta puedo bailar
bailar, bailar y sonreír
buscando tapar huecos.

Puedo beber y fumar
puedo intentar olvidar
puedo cantar y tocar
puedo llorar y morder
y hasta creer
que ya no duele.

Pero no puedo negar
que ahora que no estás
falta una parte de mí,
planeta que jamás quiero olvidar
porque anduviste rodando
en mi cosmos más amado.

Puedo sonreír y llorar
escupir tus huesos
putear al mundo y más allá
meditar, rezar y callar
hasta anotar en mi cuaderno
que ya no sufrís más.

Oh, madre María!

Entre gritos, cadenas,
abrazos y besos,
mamá te fue entregando
sus demonios vendados.

Te hizo consciente de sus sacrificios,
hasta te comentó lo mucho
que le dolieron las tetas
cuando se las mordiste siendo bebé.

Y entonces así,
podrás cargar por siempre,
con parte de la culpa
de que ella no pudo ser más.

Ella pudo, pero no quiso,
aunque quieras creer que quiso,
habían tantas paredes dibujadas
que le fue imposible salir a nadar.

El mundo la incendió,
le secó el corazón,
le disolvió el alma en materia
y le devolvió la lágrima.

Feliz día mamá!
perdón por ser tan malo,
gracias por dejar tu vida a mi paso,
veremos donde nos vemos al final.

Somos

Somos dos.
No quieras creer que hay más,
que antes éramos uno,
que nos dividieron al medio
y así de áspera quedó la cosa.

Somos dos cuerpos,
un sólo espíritu,
así nos encontramos todo el tiempo,
si es que eso es real
o alguna vez lo fue.

Somos más
que todas esas tijeras,
que todos esos aviones,
que todos los edificios,
tal vez, más que las estrellas.

Somos dos.
Somos uno en mitades,
en círculos inmediatos,
en partes iguales de agua,
en distintos mundos.

Somos el universo,
somos el amor,
tus pies desnudos,
un grito entre las gradas,
una almohada desordenada.


Somos vos.
Somos yo.
Somos más que todos.
Lo supimos cuando latió,
lo sabemos porque sigue latiendo.

Últimas rimas

Ya no escribo como antes...
no me motiva,
no me deja otra cosa,
que no sean recuerdos absurdos.

No me deja volar,
no me deja pararme,
simplemente anima mi ventana,
ahora prefiero dibujar.

Ahora prefiero subir las escaleras,
danzar hasta la muerte,
correr detrás de una pelota,
cantarle a la luna y a su sombra.

Ya no quiero escribir,
es un castigo que llevo borracho,
es un estigma de porro,
es una armonía que me desarma.

Ya no escribo más,
sólo le doy color a las teclas,
sólo dejo de pensar y aprieto,
juego a que algo puede salir.

Y salen o no, entre preguntas,
paraguas bajo la lluvia,
anteojos oscuros para el sol
y aunque abro los ojos...

Aunque abro los ojos no te veo,
espero que el teléfono suene,
espero que te acuerdes que existo,
y no, todo sigue en silencio.

Qué serían tus días?


Qué sería de la comida
sin los aromas?
si al final todo es agua
y queremos ser aire.

Qué sería de la lluvia
sin la luz del sol?
qué de esa cara roja
sin tus ojos redondos?

Qué serían las cenas
sin la actuación de la divina familia?
qué de la tristeza
sin los destellos de amor?

Qué sería de la guerra
sin la tía que se tiñe la cabeza
más de tres veces al día?
y queremos ser aire...

Qué sería de los idiomas,
si la lengua anudara las palabras
y el pensamiento colectivo
se transformara en pura energía?

Qué serían tus días
si nunca fuiste real?
y qué será de los días
que ya no recordás?

Dos universos conspirando

Nunca se necesitó un contrato...
las hojas son más lindas
cuando aun cuelgan de las ramas
que silban por encima del cuerpo humano.

Nos conectamos con una simple mirada,
si las palabras sobran por estos tiempos
y las enseñanzas aburren en el aula,
el truco es salir a tomar sol en el patio.

Quizás mientras la profe no mira,
podemos encender una fogata en el tacho,
viajar con "un astronauta y una bruja",
y lanzarle la bola navideña al canoso diablo.

Podemos probar si funciona nuestra telepatía
en algún religioso examen de biología
y aprovechar el tiempo tomando una radiografía
al culo más redondo que pasee por el pasillo.

Podemos ser escorpiones y toros,
búfalos, peces, tigres o caballos,
podemos ser ratas en techos sin reparo,
pero pactamos jamás ser esclavos.

El escenario del teatro escuchó murmurar,
dos universos conspirando entre sus gradas,
amarse en lo eterno de este establo
para no cargar con el peso de ser ordinarios.

Ciudad Cryptonita

Hay mareos, nauseas y dolor,
los huesos del cráneo se resquebrajan,
el pecho se contrae en metros,
el aire corta cuando pasa.

Estoy fingiendo esa sonrisa,
pero mi cabeza sabe que sucede,
el corazón ya no se desparrama,
las sábanas se quedan con la piel ahumada.

Hay gritos, bocinas y humo,
un volcán de acero escupiendo lava,
las manchas del mar un pasado que llama
y el aire que quema cuando pasa.

Estoy oliendo fumasa en la brisa
confundido y vistiendo una camisa,
mi alma sólo siente que extraña
la mañana cubierta de árboles y pestañas.

Hay dolor sin escape y personas lindas,
el pecho se contrae y el sueño no descansa,
así de feas eran las sombras,
no voy salir más, sólo quiero cambiar de lugar.

Alita vuela en el cosmo

Es creadora de mil laberintos de agua
en los que le gusta nadar
para que el destino de la Madre Tierra
tenga otro encanto.

Hay romance, paz y fuerza
en sus delgadas ramas,
la armonía, la revolución y el orden
corren en sangre por sus venas.

Es creadora de almas guerreras,
de lagos infinitos, de risas amistosas,
de sueños volátiles y de canciones nobles
que espantan a los fantasmas.

Hay algo genuino, irrepetible
e incansable en su mente de ombú...
deberías estar junto a su estructura de delfín,
cuando la guerra comience.

Ella marcará el camino hacia lo justo,
no importa si la bestia
es tan fuerte como su grandeza,
es salvadora en su vuelo hacia el cosmo.

Un calendario imaginario
dictamina que un día parecido al de hoy,
se mezcló entre los mundanos
para que el equilibrio sea, de una vez, real.

Picando la flor

Dejaste el alma tendida al sol,
un hada te hace luces
entre las hojas del bosque
mientras los pensamientos se escurren con el azar.

Una hamaca te juega aletargando
las agobiantes presiones del apocalipsis
y sin planear el siguiente paso
te refugias de la pesada lluvia.

El arco-iris acaricia el fondo del mar,
imponiendo su brillo en color
en el vaivén de las olas
que ya sin fuerzas muerden la orilla.

Las llaves no te persiguen,
ni te esclavizan ante la mirada siniestra
del humano que arremete
contra el árbol que abrazaste por la noche.

Pero no podrá esconderse
cuando el rojo cielo lo devore todo,
cuando las violetas nubes
sean uvas y soplo de risa en la agonía.

El alma se escurre con el canto
de un pájaro que flota picando la flor,
entre días sin noche, ni amaneceres
en los que ya no sirven las ideas.

Poesía punk

Ring!
es hora de disfrutar del viento,
ya no tiene plata,
pero sigue tan feliz...

No le importa que la arena
sea parte del cuerpo
que está vacío en sus bolsillos
y lleno de vida en el pecho.

No hay libertad que valga la pena,
porque sólo vale la pena
seguir respirando otro cachito
dentro de cada uno de los instantes.

Un loco se cruza entre las plantas,
Átila lo llama entre las llamas
se fuman un tabaco apretado
y en lo profundo de la noche escupe.

Va a seguir luchando
contra una guitarra afinada
y seguirá vivo en sus poemas punk
que admiran la calma.

Apagó el teléfono hace algunos días,
no sabe qué hora es,
ni que día, ni que mes,
pero te quiere, gracias por leerlo.

Amor danés

El aire está azul en la habitación
una samba frenética se hace rock
y unos besos viborean sedientos
sobre la goma espuma filosa.

Ella pinta como sus ojos de cristal ven,
no son cielos martirizados,
ni castillos de piedra antigua...
hay un verano en su vientre danés.

Él palabrea como sus oídos escuchan,
no son cielos de cartón,
son nubes de azúcar que se revuelven
en el café oscuro del amor.

Aunque se parecen, no son los cabellos
de un ángel que escapó del cielo
ni las pestañas de cóndor que un árbol robó
hay una huella corriendo en sus pieles.

Hay un infinito estrellado que sonríe
como un niño viajando en un barrilete,
que olvidó su soledad sobre una maceta
y ganó un corazón cubierto de oro.

La rana Rosa

Se la ha conocido por ser una rana paciente
que una vez, de pequeña,
encontró un cuerpo de serñora
al que decoró con unas gafas insolubles a su moda.

No es tan fácil localizarla,
un espíritu de esa nobleza
no se ve de cerca si estás reunido
en el chato discurso de la velocidad.

Sin embargo, si por casualidad,
te encontrás con esta rana sagrada,
ella no dudará en dejarte pasar
y preparar su mesa para almorzar.

Ha aprendido a no ser protagonista,
eso se lo ha dejado a quienes
no quieren ver más allá que acá,
ella no conoce el rencor, ni la maldad.

Su mirada es sincera y dulce
como su manera de hablar,
como su calma para escuchar
y sus silencios para darte libertad.

Le han dado el nombre adecuado,
aunque no la conocerás
bajo ese color tan elemental
hasta que atravieses su disfraz imaginario.