La gambeta de Perón

Te seguís masticando el viaje
de que la democracia
es parecida a la libertad
mientras seguís dando reverencia
a generales y milicos.

Aplaudís monumentos infames
comiéndote la gambeta de Perón
que amaga para la izquierda
y sale por la derecha
dejándote siempre tirado en el piso.

Pero mientras tus bolsillos estén
con poca hambre
no importa qué pasa con los demás
por eso vas corriendo a votar
y así defendés a quién nos mata.

Te seguís masticando el verso
de los políticos que saben
que para liderar hay que hacer sacrificios
y entonces siempre sacrifican
la suerte de los demás.

Y si abrís los ojos un poco más
verás que el sur y el medio
siguen siendo agua, gas y petróleo
de submarinos norteños
que siempre quieren más y más.

Podés nadar y salir de acá
no hay camiseta que valga la pena
no debés morir por una bandera
sino por tu propia verdad
buscando luz, amor y paz.

Para las mochilas

Pueden cambiar de cama
y despertar en otro lugar el mañana
cuando es aburrido
el ayer que pasó.

Pueden ser aire y cielo
agua y sol
monte o playa
arena y amor
una luz en el viento
un tornado en el fuego.

Pueden imaginar sin cambiar
pueden ser el alma que llama
una sonrisa en invierno
un llanto sobre el mar.

Pueden ser pozo que nutre
una pluma atada al lápiz
la fiebre que hace delirar
el camino que lleva a la nada.

Pueden ser pobre o canción
una guitarra
un charango
y hasta un bigote en el espacio
que hace eco en la voz del cantor.

Las mochilas no descansan
no saben de tiempos
no corren tras horarios
no despiertan de sueños
son arte y sabor
son melodías cortando el silencio.