con una poesía que esbocé en el aire
no hubo algo que pudiera alcanzarla
ni detenerla en su marcha constante.
La moda popular es tan barata
que cualquier gato puede comprarla
barnizarle los bordes, lustrarla
y vos la comprás como si fuera nueva.
A esta altura lo único que a claras se ve
es que no importa el color de la bandera
ni las siglas del partido
los que enriquecen son siempre los mismos.
Aunque el slogan se vea bonito
el "cambio" o el "para todos"
es puro anzuelo en la gran pecera de mierda
en la que nos propusimos flotar.
Y los mismos siguen tranquilos
con la caña clavada en la arena
esperando que piques y muerdas,
que lastimes tus encías para arreglarlas
no hubo algo que pudiera alcanzarla
ni detenerla en su marcha constante.
La moda popular es tan barata
que cualquier gato puede comprarla
barnizarle los bordes, lustrarla
y vos la comprás como si fuera nueva.
A esta altura lo único que a claras se ve
es que no importa el color de la bandera
ni las siglas del partido
los que enriquecen son siempre los mismos.
Aunque el slogan se vea bonito
el "cambio" o el "para todos"
es puro anzuelo en la gran pecera de mierda
en la que nos propusimos flotar.
Y los mismos siguen tranquilos
con la caña clavada en la arena
esperando que piques y muerdas,
que lastimes tus encías para arreglarlas
con su hedionda obra
social.
Y la seguridad, eso que ni Dios pudo garantizarte,
es el caballito de batalla
como dice Fede, "para imponerte los miedos"
y que desagotes allí tus monedas.
De golpe atendiste que no querés vivir preso,
sin embargo, en el frente de tu casa ya hay
más cemento y rejas que ventanas
y por todos lados cámaras espías, trabas, cerraduras...
Y la seguridad, eso que ni Dios pudo garantizarte,
es el caballito de batalla
como dice Fede, "para imponerte los miedos"
y que desagotes allí tus monedas.
De golpe atendiste que no querés vivir preso,
sin embargo, en el frente de tu casa ya hay
más cemento y rejas que ventanas
y por todos lados cámaras espías, trabas, cerraduras...