¿Vas a dejarme soñar?

¿Vas a dejarme soñar?
es que siento que esta realidad nos gusta
no quiero despertarme
aunque si pellizco mi brazo duele
y entonces ya no dan ganas de dormir.

Es que la semana puede empezar 
tan dulce que ya no distingo
si el Kun está festejando porque ya vió
como esa bola que tocó en mi sueño 
se hunde contra la blanca red.

Las tribunas amarillas se destiñen...
se aceleran los corazones amotinados
suena el pito y con él bocinas
hay gritos, sirenas merodeando el barrio
palmas, cornetas, alegría y llanto.

Nos pellizcamos, un país se pellizca
pero no duele, el corazón late
como cada bomba que cae en Gaza
aunque eso si que duele demasiado
y aunque riamos, no debemos olvidarnos.

Nos abrazamos, un país se abraza
nos gusta, porque el corazón nos late
tan fuerte que desde Marte nos escuchan...
mientras el calor de estas almas le gana
a un invierno frío que despiadado marcha.

Nos arrodillamos, un país se arrodilla
agradeciendo, porque el corazón nos late
tan fuerte que desde las estrellas aplauden
por el calor de estas almas es un sol brillando
entre cielos celestes y nubes blancas.

Hermanos en nirvana

Festejamos nuestra pobreza
en rincones anestesiando nuestras lesiones
desde niños, con tu trazo zurdo perfecto
la vaguez de las aburridas clases
y el paso de los años que nos unieron.

Tu piel era blanca como un copo de nieve
que vimos real en unas montañas
donde te atendí el teléfono y fingí
no reconocer tu voz para que me habilites
una de mis mejores jugadas...

Sabrás que un camino tiene varios rumbos
por eso vas esquivando la arena
pero tomando fotos de ella te hacés
casi tan ancha como el mar que pocos ven
cuando el invierno acecha a los de la ciudad.

Es que por sino lo notaste llevábamos la misma tela
en nuestro pantalón deportivo escolar
cuando el joggin era la moda de las monjas
nosotros somos eternos soñadores
que festejamos siempre nuestra pobreza.

Pasarán los días, las personas, las nubes
mientras pasan los kilómetros y los soles
quedarán los momentos, las charlas, los vinos
mientras quedan el amor y el humo
asustando el aire de los normales.

Festejaremos la recarga de café y los puchos
hablar hasta que todo pierda sentido
hacernos reir y enloquecer en el tiempo
nos querremos como hermanos
que la vida pegoteó en el arenero de un jardín.

Mi copa brinda hoy por tu flequillo alocado
por la punta de tus pies mirando hacia el centro
por tus risas, tus tijeras y tus telas de color,
tus ansias, tu calma, tu arte y tu bicicleta
por tus sueños y más que todo: por tu amistad.

Un héroe en Wilde

Te hablan tanto de fantasmas que no ves...
de demonios que pueden tomarte de los pies
si no cerrás las puertas en el invierno,
acaso, ¿estaban ellos cuándo yo abrazaba a mis héroes?

No los veo, a veces ni me acuerdo de ellos
¿Quién fue el hijo de puta que me quiso asustar?
¿Sabrán que mi primo los va a cagar piñas si hacen algo?
Ése es un héroe de verdad, siempre riendo.

El loco no para de hablar, no para salir en los diarios
sino para hacerte reír, para levantarte el alma
si es que estaba mojada por el miedo ajeno
ése es un héroe de verdad, siempre riendo.

Quien lo conoce sabe que no exagero
el tipo te desarma el universo para verlo un rato
y luego lo volverá a ensamblar como estaba
porque en sus manos tiene ese don bien heredado.

De chico no me importaba lo que otros me dijeran
o como me llamaran, para mi ídolo yo era el Pilu...
aun recuerdo cuando medíamos a penas medio metro
y saltábamos en la cama como los ninjas.

¡Que boludos! quemando hormigas con alcohol
mi ídolo prendió fuego su mano y la tía se enojó
quizás sea mejor acordarse cuando me enseñó a escuchar
me prestó sus discos para que mis oídos se expandan.

Recuerdo a mi ídolo en la despedida del Bocha,
también estaba en mi momento más triste cuando la abuela se iba
ahí andaba arengando en los viajes de los bondis a Finisterre
donde, con brebajes, los locos nos sentíamos tan bien.

Es que lo veo abrazado a los niños y recuerdo
la puta, como pasa el tiempo y ese héroe no envejece
dicen que lo vieron por Wilde, a veces por Sarandí
subido a su bici va, con su capa invisible y su sonrisa.