Afuera hay un mundo explotando
por alguna razón el décimo piso
nos deja escucharlo quebrarse
y como las grietas que al infierno conducen
suenan los carros veloces.
Por dentro ella es mi dueña
quien fuma mi aire
quien ríe con mis trucos
quien dibuja gritos y pinta
en paredes los temblores.
No es tan importante el cielo
nos es indistinto el suelo
no hay cornisas en los espacios
sin el tiempo que huye cada vez
que colapsamos nuestros labios.
Afuera hay un planeta en llamas
y aunque la habitación arda como colmena
se esfuman los misterios
se calman los llantos y las palabras
porque afuera hay algo parecido a la nada.